05 mayo 2017

Y de nuevo...el caos, mi caos



Después de casi 10 años de ausencia, tengo la necesidad de volver a escribir, y no de escribir en cualquier lado, sino aquí, en donde por primera vez entregué al mundo (bueno a los 4 gatos que llegan perdidos a esta página, jeje), un pedacito de mi caos.

En estos 10 años han pasado cantidad de cosas; cambio de ciudad, boda, hij@s, cambio de trabajo y de especialidad..., pero mi esencia sigue igual; soy así y por mucho que pase el tiempo sigo siendo la misma idiota, ingenua, idealista, perezosa e insegura. Obviamente he madurado (mejor dicho, envejecido) y eso me ha dado algo de perspectiva; la idea de que antes o después seré pasto de los gusanos, hace que quiera vivir la vida más apasionadamente y que quiera darle menos importancia a las nimiedades, pero lamentablemente eso al final del día se materializa más bien poco y sigo siendo propensa al drama.

Pero ¿por qué hoy vuelvo a escribir? Pues porque una vez más mi mundo se tambalea; lleva tambaleándose desde hace bastante tiempo, pero he llegado a una encrucijada en donde avanzo o retrocedo y a mí no me pasa como al Presidente del Gobierno; a mi el inmovilismo sí me pasa factura (¡madre mía, si ya hasta hablo de política! ¡cuánto he madurado!).

Cuando veo las noticias y veo las guerras (cosa que pasa más bien poco, porque me dejan en un estado de desesperanza vital tal que he optado por evitarlas), siempre me pregunto que cómo es posible que sabiendo que nuestra vida es finita, la malgastemos en odiar y hacer daño a los demás. Pero luego, en mi día a día, cuando discuto con mi marido o con mis padres o con quien sea, veo que ese odio también se materializa, aunque a menor escala obviamente. Las afrentas no se perdonan, no se olvidan, no hay voluntad de cambio, no hay empatía... solo hay egos, muchos egos luchando por pisar a los demás. ¿Dónde quedó el amor al prójimo?, ¿el perdonar setenta veces siete?...

No quiero un mundo así; no quiero que mis hij@s aprendan que el odio hacia los demás y el amor hacia uno mismo es el motor del mundo. ¡Me niego! Hay gente buena, tiene que haberla. Gente que anteponga los intereses de los demás frente a los suyos, gente que ponga la otra mejilla, gente amable y conciliadora, gente que al final del día se sienta que ha hecho del mundo un lugar mejor. Ese tipo de gente, ¿dónde está? Me gustaría decir que yo soy así, pero me temo que soy más del otro tipo de gente y eso no me gusta, no me gusta un pelo...

Sí, tengo que avanzar, no me puedo quedar donde estoy, y mi dirección es esa, la dirección que me lleva a ser mejor persona cada día. Basta ya de odio, de rencores, de envidia, de egos, de mentiras, de excusas... Hoy puede ser mi último día y no quiero malgastarlo.



No hay comentarios: