Desde que regresé de mis "vacaciones" no he escrito demasiado , y salvo en contadas ocasiones me he limitado a reproducir fragmentos de canciones , libros, etc. La culpa la tiene una pequeña "obra de arte" que estoy llevando a cabo, y uso las comillas porque entre lo chapucera que soy y lo harta que me tiene me está saliendo una auténtica "caquilla". Pero es lo que tiene ser hija de una profesora de Labores, que a la primera de cambio te engatusa para que demuestres "tus habilidades".
Superado el punto de cruz y el punto, el de toda la vida, porque no sé si tiene nombre (este invierno me harté a hacer bufandas, bueno sólo hice 2 pero lo suyo me llevaron) me ha hecho retomar los bolillos. La verdad es que son mucho más fáciles de lo que parecen; todo se reduce a "giro y cruz, giro y cruz" y a interpretar el picado. Ya sé que suena a coña, pero es cierto,en cuanto dominas los giros y las cruces y la plantilla empieza a hablarte (y doy fe que lo hace) sólo es cuestión de hechar horas.
El conflicto viene cuando se te hecha el tiempo encima, como es mi caso, que debería acabar la puntilla antes de Semana Santa y por lo que echo diariamente unas 5 horas delante del puñetero mundillo. Lo peor de todo es que como intento ir deprisa ( sumado a que de vez en cuando mi atención está más interesada en la caja tonta que en la almohadilla), me equivoco mucho más de lo que me gustaría y me paso todo el día cual Penélope, haciendo y deshaciendo lo "tejido"; una auténtica Odisea.
En fin confío en que valga la pena el esfuerzo.
Superado el punto de cruz y el punto, el de toda la vida, porque no sé si tiene nombre (este invierno me harté a hacer bufandas, bueno sólo hice 2 pero lo suyo me llevaron) me ha hecho retomar los bolillos. La verdad es que son mucho más fáciles de lo que parecen; todo se reduce a "giro y cruz, giro y cruz" y a interpretar el picado. Ya sé que suena a coña, pero es cierto,en cuanto dominas los giros y las cruces y la plantilla empieza a hablarte (y doy fe que lo hace) sólo es cuestión de hechar horas.
El conflicto viene cuando se te hecha el tiempo encima, como es mi caso, que debería acabar la puntilla antes de Semana Santa y por lo que echo diariamente unas 5 horas delante del puñetero mundillo. Lo peor de todo es que como intento ir deprisa ( sumado a que de vez en cuando mi atención está más interesada en la caja tonta que en la almohadilla), me equivoco mucho más de lo que me gustaría y me paso todo el día cual Penélope, haciendo y deshaciendo lo "tejido"; una auténtica Odisea.
En fin confío en que valga la pena el esfuerzo.