28 octubre 2005

CUANDO GUSTAV ME BESÓ


Aunque no recuerdo la fecha exacta, jamás olvidaré aquel Beso de Gustav Klimt.
Estaba en la habitación de una amiga, en la residencia que fue mi casa durante casi dos años en Pamplona. Charlábamos animadamente cuando, sin pensarlo, giré la cabeza y...¡ le sentí! ; sentí su abrazo enérgico, me dejé llevar y sus labios se posaron sobre mi mejilla para darme el Beso más tierno y apasionabo que jamás me dieron.

Obviamente, estaba ante una de las obras más destacadas del artista austriaco Gustav Klimt (1862-1918), hasta entonces, para mí, un gran desconocido. A pesar de que la primera reproducción del lienzo la vi en una ridícula postal, eso bastó para que me sintiera abrumada ante aquella experiencia. Pocas veces un cuadro me había transmitido tanto. Desde entonces me interesé por su obra; desgraciadamente, el vivir relativamente lejos de su tierra natal me ha impedido conocer una gran parte de sus creaciones, ya que en sus prometedores comienzos fue pintor decorativo de grandes construcciones , como teatros, museos o iglesias. Aunque lo poquito que ha llegado a mis manos no creo que sea para nada representativo, he de reconocer que ninugún otro cuadro suyosobrepasa la fuerza y la capacidad de transmisión que el Beso.
Data de 1908 y según los estudiosos (y en mi opinión también) es , junto al retrato de Adele Bloch-Bauer I, el culmen de su "fase dorada", fase con una clara influencia bizantina, debida a los mosaicos de las iglesias de San Vital y San Apolinar, que descubrió en su viaje a Italia en 1903. Representa al propio Klimt y a Emilie Flöge, una buena amiga con la que pasaba los veranos. No se sabe mucho de la relación que pudieran mantener más allá de la amistad, ya que la única fuente informativa son las notas que el pintor le escribía y de las que se dice que no son muy relevadoras.Personalmente soy de la opinión de que una imagen vale más que mil palabras y creo que el cuadro lo dice todo. Pero sigo con el análisis del lienzo . A diferencia de otros muchos cuadros de Klimt, en los que la mujer toma condición de mujer fatal , en éste, se entrega al hombre de forma sumisa. Su abrazo es reflejo de la felicidad de los amantes que por un momento consiguen que el tiempo se detenga y el mundo desaparezca bajo sus pies; sólo existen él y ella. Respecto a la indumentaria, es clara la diferencia : el hombre lleva formas duras (cuadrados, negros-blancos) frente a la mujer (curvilíneas y flores de colores). Por su atuendo se distinguen las figuras y encontramos la débil frontera sexual que les separa;el erotismo que desprende este Beso es tangible.Como cosa curiosa diré que algunos atribuyen al contorno, a la aureola que les rodea ( campaniforme más o menos ) una realidad fálica. Prefiero pensar que es una forma de rizar el rizo y de buscar matices donde no los hay, aunque dada la trayectoria del artista, tampoco puede descartarse.
Y esto es todo. Confío haber sabido transmitir, y de paso también contagiar, la fascinación que siento por este gran artista y por su cuadro más impresionante. De no ser así estoy segura de que Raúl Ruiz (cineasta chileno) lo logrará en breve, ya que desde enero de este año está filmando la vida de este gran genio, contando con otro grandísimo genio en el reparto: John Malcovich. Promete ¿verdad?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

para mí, este cuadro es uno de los más bonitos de klimt, aunque el último retrato de emilie floge junto con el adele bloch bauer I tampoco me dejen indiferente. ahora me estoy leyendo el libro El beso, basado en la vida de klimt y emilie flöge. léelo, está muy bien.

Anónimo dijo...
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Elena dijo...
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