17 mayo 2006

¡MENUDO ENFADO TENGO!

La gente que me conoce sabe que no soy una persona a la que le guste montar broncas, sino más bien todo lo contrario; suelo evitar los enfrentamientos tratando de entender a la persona que supuestamente me ha ofendido (salvo con mi novio y mis padres, pero ya se sabe, la confianza da asco). Pero hoy han agotado mi paciencia y he sacado mi mal genio, aunque reconozco que de poco ha servido.

Hoy he ido al ambulatorio que me corresponde , que por cierto es apestoso, a las 8.55 de la mañana, ya que ayer me dieron cita para hoy a las 9. Cuando llego veo que ya hay pacientes entrando y saliendo de la consulta, lo cual es lógico, puesto que en la mayoría de centros en los que no hay enfermera, el doctor suele salir cada 15 minutos y nombrar a la gente de cada turno.

Como mis padres son un poco paranoicos, y ahora entiendo por qué, le preguntaron al primer señor que salió de la consulta para ver por qué turno iba. El viejico estaba citado a las 8.30; "Bien"- pensé- "van con retraso , en breve me llamarán". Así que me planté en medio de la sala de espera, aguardando mi turno.

A eso de las 9.15 sale la doctora y empieza a llamar a la gente; hasta ahí todo bien , pero cuando termina de leer los nombres y veo que no me ha nombrado, muy amablemente me dirijo a ella, y le digo que a mí no me había llamado. Me pregunta quién soy y cuando me localiza en la lista me dice que ya me llamó antes y como no estaba perdí mi turno. ¿¿¿PERDÓN??? Le intentamos explicar, mi padre , mi madre y yo, que eso es imposible porque a menos cinco estábamos allí. Pero ella sigue en sus trece, tachándonos de mentirosos, y como favor me dice que pase después de la última persona que ha nombrado.

En ese momento , mi padre, a punto de perder los nervios, se dirige al mostrador donde están las telefonistas y la supuesta responsable del ambulatorio y pide explicaciones. La única que le dan es que yo realmente estaba citada a las 8.55, que era culpa mía. ¿¿¿PERDÓN??? Osea que a mí me dicen que tengo hora a las 9 y tengo que saber por arte de magia, que mi cita es 5 minutos antes; y además aunque así fuera yo a menos 5 estaba allí y ¡NADIE ME LLAMÓ! Ni puñetero caso; lo único que saben decirme es que la hora es orientativa. Patético...

Es entonces cuando mi padre estalla y pide la hoja de reclamaciones. Les suelta una parrafada y lo único que consigue aparte de malas caras es que la responsable mande a la telefonista que me dio la cita a explicarle todo a la doctora; la cual haciendo caso omiso a lo que estaba ocurriendo hizo valer sus cojones y su caradura, y me tuvo esperando casi una hora.

Cuando por fin entro en la consulta , sola para que mi padre no la armase, la señora hace como si 60 minutos antes no hubiera pasado nada y me dedica su mejor sonrisa; le pido el volante de la vacuna del tétanos , que era lo que necesitaba y paso de comentarle nada de la otitis que tengo , porque después de cómo nos trató, no me inspira ninguna confianza. Antes de salir le comento, conteniendo mi enfado, que me parece que las cosas podían haberse hecho de mejor forma, pero ella insiste en que a las 9 me llamó y yo no estaba ahí. "¿Me está llamando mentirosa?"- le digo, y ella con su sonrisa hipócrita y su aire de superioridad me dice que no, pero que ella me llamó y yo no estaba. ¡FLIPANTE! Aparte de hacerme esperar una hora me tacha de mentirosa. Entonces , pierdo los estribos y con todo el asco que puedo transmitir le digo que jamás en mi vida me habían tratado de esa manera y que ni cómo médico que soy, ni como paciente había visto nunca un comportamiento tan vergonzoso. Me levanté de la silla y me fui.

Me habría encantado decirle muchas cosas más, incluso insultarla (¡bruja prepotente!¡puta frígida!...), pero el poco respeto que le tenía como colega me lo impidió.

Es posible que creaís que soy una exagerada, pero es que de verdad, pocas veces me he sentido tan mal tratada y tan impotente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

bienvenida al mundo de los funcionarios buscando metodos para que la gente les complique la vida lo menos posible (y si tengo que atender a una persona menos pues mejor para mi). Menos mal que no son todos porque si no seria para tirarse de los pelos. Solucion al problema, cambiarte de medico en el ambulatorio a ver si te pilla alguno mas simpatico y si no pues te cagas en las muelas del nuevo :D.

Toxcatl dijo...

Yo no voy al medico casi nunca pro que siempre acabo discutiendo con el o ella. Pido que me expliquen lo que tengo para que yo me entere (que no soy medico), pido saber los efectos sedundarios de los medicamentos uqe me dan y, si no me convencen, pido un tratameitno alternativo... (que es mi derecho como paciente) y en este punto - si llego- es cuando me "invitan" a marcharme de la consulta y yo digo que no me las piro y que son medicos y que tienen qeu hacer su trabajo... pufff, la ultima fue memorable, y una pena por que el medico estaba muy bueno pero, chica, el que es tonto es tonto

Anónimo dijo...

Buenooo, en un ambulatorio de la seguridad social te pueden ocurrir historias para no dormir. A mi una de las cosas que más me "gusta" es la "solidaridad" de la gente cuando te has puesto mala y, claro, como no estaba en tus planes, pues no pediste cita (vaya por Dios, las ocurrencias mías). Y llegas allí con 40 de fiebre, muchísimo frío, todo el cuerpo hecho polvo y dolor de tripa y te dice la de los números que sí, que tu médico tiene consulta pero que ya no quedan números, que digas que vas como una urgencia. Subes a la consulta y, que novedad, hay un montón de gente que va a que le receten pastillas y son incapaces de cederte el paso así te mueras. Y te quedas allí toooda la mañana esperando a que tu médico "amablemente" te quiera "hacer el favor" de atenderte cuando haya acabado con los de los numeritos...